La filtración alemana

Poco después de estrenar 2019, se dio a conocer una importante fuga de datos personales que afectó a destacados miembros de la sociedad alemana. Artistas, políticos y periodistas, fueron los principales afectados por lo que se considera como la fuga de datos más importante de este país, estando afectada hasta la propia canciller Ángela Merkel.

La filtración fue promovida desde las redes sociales a través de los usuarios “GOd” y “Orbit” y estaba compuesta por números de teléfonos móviles, direcciones, documentos internos de los partidos políticos, cuentas bancarias y otra información de carácter sensible .

Hoy se sabe que aunque la filtración se conocía en enero, fue llevada a cabo por un joven de 20 años durante diciembre de 2018. Según las fuerzas de seguridad alemanas, el joven ha reconocido los hechos y ha sido puesto en libertad con cargos, después de declarar que su principal motivación para filtrar los datos, fue su indignación con la clase política actual. También declaró que sus conocimientos informáticos los había adquirido de forma autodidacta.

Aunque en un primer momento, y más cuando los afectados eran relevantes cargos políticos del país, se podría pensar en un grupo opositor o algún tipo de organización “avanzada”, una lección importante de este (y otros incidentes similares) es que no debemos minusvalorar a los actores “solitarios” y las motivaciones más personales.

Las ventajas para obtener herramientas y formación en estos días es algo de gran valor, como pone de manifiesto el perfil de este presunto atacante.

Existen gran cantidad de herramientas y distribuciones de hacking ético que contienen suficientes herramientas para realizar ataques de este tipo, sin tener grandes conocimientos previos o requerir estructuras complejas.